Antonio Abellán: "La primera política social de muchos gobiernos ha sido que la familia cuide a los mayores, y eso no es una política social"

Antonio Abellán es profesor de Investigación en el Departamento de Población del CSIC, responsable del portal Envejecimiento en Red, y experto en Gerontología social. Lleva más de 20 años investigando y ofreciendo información sobre el envejecimiento y las consecuencias sociales de este fenómeno, con él ha hablado Negocios & Gestión de la Dependencia:

Usted lleva mas de 20 años estudiando el tema del envejecimiento. Parece que ha entrado por fin en la agenda política. ¿Qué implicaciones sociales tiene que dentro de unos años el 30% de la población tenga más de 65 años?

Es la continuación de todo lo que estamos viendo, no hay nada imprevisto. Desde hace muchos años se esta insistiendo en lo mismo, que el proceso de envejecimiento continua y va a continuar, que si es un 30, un 32 o un 33% ya es un problema menor, pero lo cierto es que va a haber muchas personas mayores.

Los 65 años es el umbral que utilizamos ahora, pero posiblemente dentro de cinco o diez años ya empecemos a hablar de otros umbrales a la hora de hablar de la vejez. Por ejemplo en el año 2027 ya habrá entrado en su totalidad la reforma de la edad de jubilación y a lo mejor ya empezamos a hablar de los mayores a partir de los 67 o incluso a partir de los 70.

Pero bueno, si tomamos ese umbral de referencia, 65 y mas años, vamos a tener a partir de 2030, y sobre todo, a partir del 2040 y 2050 pues una población de mayores muy elevada en cifras absolutas y también proporcionalmente. Son dos cosas diferentes y lo que significa envejecimiento de la población es precisamente el aumento de la proporción de personas mayores respecto al conjunto de la población.

No solo es que los mayores viven más, sino que hay mucha menos gente de edades jóvenes, concretamente niños. Tenemos una de las tasas de fecundidad mas baja del mundo, esto hace que la pirámide de población por la parte de abajo sea muy estrecha y como los mayores viven y cada vez viven más esto aumenta. Esto lo tenemos sí o sí.

Entonces, todo lo que se esta hablando de repercusiones en el sistema de pensiones, sanitario, en el de cuidados todo esto tiene sentido porque vamos a unas proporciones de mayores cada vez mayor.

El envejecimiento en sí es un éxito, incluso algunos científicos apuntan que vamos a vivir más de 100 años, además con cierta calidad de vida. ¿Se podría hablar ya de cuarta edad?

Cuando se habla de Cuarta Edad algunos quieren utilizar este termino para hablar de decrepitud. Es decir, llega un momento en que el cuerpo dice ¡basta! Y empiezan los achaques, las enfermedades crónicas, los problemas de discapacidad, y empieza un deterioro funcional importante y ahí se entra en una etapa que puede ser de uno, dos o cinco años y ahí se vive peor, se vive con problemas, con discapacidad, se necesita más ayuda y algunos quieren llamar a esa fase la Cuarta Edad.

Bueno, no sé si va a tener éxito ese termino, a mí no me gusta mucho, pero ciertamente al final de la vida pues hay un periodo variable en que se vive con problemas. Lo importante y para eso están los estudios, y para eso hay que concienciar a los políticos, a los que diseñan las políticas sanitarias es que se sepa que existe ese periodo de declive y lo más importante es que se trate de retrasar esa entrada en discapacidad, la entrada en el deterioro. Vamos a evitar las enfermedades crónicas, cuanto más la retrasemos la entrada en problemas hacia la fecha de la muerte pues mejor, viviremos más tiempo, con mejor vida.

El centro de la atención de los científicos, y después de los políticos es ese. Procurar retrasar la aparición de enfermedades crónicas, de problemas de discapacidad que es cuando la persona necesita más ayuda, tratar de retrasar eso hacia el final de la vida.

Eso de que vamos a vivir muchos más años está en discusión. Que si uno va a vivir joven con 140 años, no, el cuerpo es lo que es, y yo le aseguro que no somos inmortales. Entonces el cuerpo va recayendo, por muy buenos estilos de vida que haya llevado, por muy buenas costumbres, hábitos saludables que tenga, llega un momento que con 150 años uno no se coge una bicicleta y se sube a la sierra. Entonces trasladar esos mensajes a la sociedad, puede ser engañoso. El cuerpo se va deteriorando y lo importante es eso, dejar el inicio del deterioro hacia el final, más cerca de la muerte. Pero que nos vamos a morir todos seguro, y que no vamos a vivir todos ciento y muchos años, pues también.

Es cierto que se esta evitando la mortalidad a muchas edades, a los 60, a los 70 a los 80, es decir se va ganando vida, porque se mueren, menos de lo que se morían antes. Se va acercando la esperanza de vida a los 90 y se acercará incluso más adelante a los 100 y va a ser mucha gente la que llegue hasta ese final. Pero eso de vivir 120, 130, eso puede haber una persona especial que llegue a 115 años o incluso alguna que llegue a 120, pero eso son anécdotas. Lo importante es que se está ganando vida, y mas importante que eso es que las enfermedades, la discapacidad, se retrasen, que aparezcan al final.

¿Hay diferencias muy marcadas entre la nueva generación de 'gente mayor' y la que tiene ahora mismo 80 años?

Efectivamente las nuevas generaciones que van alcanzando la vejez van a ser bastante diferentes a las que ahora tenemos, esto en cierto sentido es bueno, porque las que ahora tenemos que nacieron en los años 30, 40, y tienen 70, 80 o 90 años, tuvieron una formación mucho más limitada que las actuales generaciones. Tuvieron una vida digamos bastante dura, han visto el desarrollo del Estado de Bienestar muy recientemente, y sin embargo las que vienen detrás han tenido muchas más oportunidades, vienen mejor formadas, es posible que hayan tenido en la vida más recursos, con otros empleos; hayan tenido otras relaciones… hayan tenido otra vida.

Y es posible que estas nuevas generaciones cuando lleguen a la vejez a los 70 a los 80 pues serán algo diferentes a las que las precedieron. Esto en cierto modo es positivo, no estamos demonizando a los anteriores que tienen todo el merito del mundo por haber vivido en unas condiciones mucho mas difíciles en España, y esto significa que la vejez se afronte un poco mejor, porque hay gente más preparada para responder mejor a los problemas que les puedan venir de la vejez, y esto es bueno.

¿Cree que las políticas sociales están teniendo en consideración esto o van siempre un paso por detrás de las necesidades que se tienen? ¿Están muy enfocadas a esa generación que tiene 80 y 90 años actualmente y falta prepararse para esta nueva gente mayor que se incorpora ahora?

Normalmente las políticas sociales han ido un paso por detrás. Hay que insistir mucho en cuales son los problemas para despertar a los políticos y que realicen su labor de desarrollar normas, o políticas de protección social.

Sí existen esas políticas sociales, pero siempre van un poco por detrás. Por ejemplo, la Ley de Dependencia es del año 2006, hasta entonces casi nadie hablaba del tema de la Dependencia, teniendo más de un millón de personas dependientes, con problemas de discapacidad, que necesitaban ayuda de otra persona para hacer su vida. No son cuatro, que eran más de un millón, y eso era invisible. Por fin, se hace visible, se hacen muchos estudios, los políticos toman medidas, se hace la ley de Dependencia, pero coincide con la crisis económica y entonces todas las promesas se van reduciendo porque no había dinero para desplegar todas las ventajas de esta Ley. Y esperemos que no vayamos más para atrás.

Muchas veces las políticas sociales, al menos en España, han ido con ese retraso o no han visto bien los problemas que tenían las personas mayores, porque la familia ha desarrollado siempre un papel de apoyo extraordinario. Entonces la primera política social de muchos gobiernos ha sido que la familia cuide a los mayores, y eso no es una política social, pero el hecho de que vengamos de una sociedad muy familista, esto es una riqueza, pero entonces los gobernantes decían “¡Bueno como esto ya funciona, pues que siga funcionando!”. No se metieron a legislar, a preparar normas de protección social, porque digamos más o menos eso funcionaba.

Los problemas han tardado en ser visibles para los políticos y ahora igual que hablamos hace 15 años sobre la Dependencia de las personas mayores, pues ahora estamos insistiendo en que no hay que olvidarse de los cuidadores, por que están sufriendo, cansados, tienen problemas de salud, limitaciones en su vida por el hecho de atender durante todo el día a las personas que tienen una dependencia fuerte. Entonces hay que hacer visible esto, ya se han hecho algunos estudios, pero hay que seguir insistiendo para que se desarrollen políticas claras de apoyo no solo a la persona dependiente, sino también al cuidador que es la otra cara de la Dependencia.

Hay muchas CCAA en que la principal línea de prestaciones es al cuidado familiar en el hogar. Esto, con los cambios sociales que se viven, ¿debería cambiar? ¿Se debería apostar por otras opciones?

Hay algunos motivos de preocupación. Hemos dicho ya que la proporción de personas mayores va a seguir creciendo, habrá muchas personas sin hijos (que esto no lo habíamos comentado), habrá muchas mas mujeres en el mercado laboral lo cual significa que el potencial cuidador disminuye porque hasta ahora las mujeres eran las que soportaban la mayor carga del cuidado. También hay mas dispersión geográfica, las familias son mas pequeñas, no hay tantos miembros en la familia para cuidar a la persona mayor cuando cae en dependencia.

Pero también hay algunos factores de mejora por ejemplo, que el hombre empiece a cuidar, esa podría ser una noticia, que cada vez se va incorporando más al tema de los cuidados. También crece el número de cuidadores secundarios, se reparte más la carga con otras personas; y también se puede y se va a desarrollar mas el cuidado comprado en el mercado, la persona que atiende a cambio de una remuneración. También va a crecer más el voluntariado.

Ya hemos dicho antes que las nuevas generaciones, probablemente tengan mayor capacidad económica que los actuales mayores; y es posible que las leyes, las normas, que se hayan podido ir publicando mejoren esa situación de atención a las personas mayores. Otra cosa que no se tiene en cuenta normalmente, es que los entornos de la casa, de la vida, de la ciudad, pues van a ser mejores, hay una clara conciencia de adaptar el entorno para que muchas personas que tengan discapacidad puedan moverse y la casa tendrá menos obstáculos. Habrá también mayor desarrollo de la teleasistencia, de la domótica, y muchas mejores técnicas que harán la vida mucho mejor.

Hay algunos motivos de alarma, pero también habrá factores de mejora para afrontar la nueva situación que se avecina.